TÍTULO
La otra cara del dinero
Dejé de verle y fue entonces cuando empezó a perseguirme día y noche. Vestido de etiqueta, sin cara, con su mirada se mofaba anunciando el momento en que me troncharía el espinazo y me sacaría el tuétano sin perder las formas.
Hace unos años, cuando me le presentaron en la oficina, caí cegado por el destello de que en su compañía colmaría mis deseos eternamente. Sin embargo ahora, ausente de mi, ya no me pertenece, le pertenezco yo a él, podrá hacer conmigo lo que quiera hasta matarme.