Una ventana abierta al horizonte infinito que invita a viajar o sugiere el viaje. Un viaje a la luz del atardecer con mar rizada, azul y profunda. Sin obstáculos, pleno de libertad para decidir el rumbo. Al fondo, sólo la línea de unión entre el cielo y el mar, como un beso de amor entre ambos infinitos, entre ambos dioses.
Orden, mucho orden y equilibrio, propone el paralelismo entre rectas perpendiculares. Proporciones fotográficas, en las que la regla de los tercios se manifiesta rigurosa. Colores muy densos y planos, sin tonalidades, que contrastan las gamas y logran que la profundidad, la tercera dimensión, sea producto de la imaginación.
Obra sugerente que lanza al espíritu a otra irrealidad.
1 comentario:
La plancha
Una ventana abierta al horizonte infinito que invita a viajar o sugiere el viaje. Un viaje a la luz del atardecer con mar rizada, azul y profunda. Sin obstáculos, pleno de libertad para decidir el rumbo. Al fondo, sólo la línea de unión entre el cielo y el mar, como un beso de amor entre ambos infinitos, entre ambos dioses.
Orden, mucho orden y equilibrio, propone el paralelismo entre rectas perpendiculares. Proporciones fotográficas, en las que la regla de los tercios se manifiesta rigurosa. Colores muy densos y planos, sin tonalidades, que contrastan las gamas y logran que la profundidad, la tercera dimensión, sea producto de la imaginación.
Obra sugerente que lanza al espíritu a otra irrealidad.
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